LinkedIn: El currículum de una madre

Durante años, muchas mujeres han ocultado los “huecos por maternidad” en su currículum. Años que aparentemente no “cuentan” porque los ojos de los reclutadores estaban cegados por la profesionalitis, porque en ese tiempo no hubo nóminas ni ascensos. Pero esos años fueron, en realidad, de una gran maduración personal… Y por supuesto que contaron.

Contaron para sus hijos, pero también para ellas mismas. Como personas que deben tomar decisiones. Porque en esos años –a veces sin sueldo, y siempre sin horarios ni vacaciones– crecieron más que nunca.

LinkedIn ha querido recordarlo con una campaña que merece ser aplaudida: “La maternidad no es una pausa. Es una escuela de competencias”. Una escuela exigente, agotadora, silenciosa. Pero también poderosa. Porque despierta virtudes que, en el mundo profesional, se buscan con lupa: responsabilidad, empatía, resiliencia, proactividad, resolución de conflictos.

En el spot de LinkedIn, vemos a varias madres en plena actividad: calmando a un niño con fiebre, solucionando conflictos entre hermanos, organizando agendas imposibles, escuchando sin perder la paciencia, consolando con ternura. Tareas invisibles para muchos, pero que requieren inteligencia emocional, liderazgo y templanza.

La campaña brasileña está dando la vuelta al mundo. Porque ha tocado una fibra profunda: esa que recuerda que cuidar no es dejar de trabajar, es trabajar de otra forma. Con menos reconocimientos, sí. Pero con una intensidad y un impacto que ninguna empresa puede permitirse menospreciar.

De los pañales al currículum

Fue esta la línea que tomó, hace más de diez años, la asociación Hirukire: Familias Numerosas de Euskadi.

En aquel spot, una mujer acude a varias entrevistas de trabajo. Su currículum es brillante… hasta que aparece el “vacío” de unos años sin empleo. Cuando dice que se dedicó a cuidar a sus hijos, los entrevistadores ponen cara de decepción. “Lleva demasiado tiempo fuera del mercado laboral –le dicen–; no le voy a mentir: necesitamos un plus”. En la siguiente entrevista, ella ya no lo dice tan claro. En la tercera, directamente lo oculta.

Hasta que un día, en una cafetería, ve a una madre que habla por teléfono mientras toma notas en una libreta y da de comer a su hijo, que está en el cochecito. Esa imagen la ilumina. Recuerda todo lo que hizo durante esos años: planificar, educar, mediar, cuidar, estar disponible 24/7. Y lo más importante: lo que aprendió en ese tiempo.

Entonces, decide hacer algo original: poner todo eso en su currículum. Y lo increíble ocurre. En la siguiente entrevista, el entrevistador queda admirado: “Buscamos la persona exactamente con el perfil que ha desarrollado en estos últimos años –le afirma–. Usted tiene ese plus que buscamos”. Y termina preguntándole: “Una cosa: ¿en qué empresa dice que desarrolló todo esto?”. Ella sonríe.

La campaña se titulaba: “Ser madre es un plus”.

🎥 Puedes verla aquí:

¿Por qué seguimos llamándolo «inactividad»?

La maternidad —y también la paternidad— es una etapa que desarrolla capacidades humanas esenciales. Pero seguimos tratándola como un paréntesis: una pausa, un tiempo “muerto”. Nada más lejos de la realidad.

Cuidar a un hijo implica estar presente física y emocionalmente, gestionar mil imprevistos al día, y mantener el equilibrio emocional del hogar. Si eso no es formar líderes, ¿qué lo es?

LinkedIn ha querido abrir los ojos del mundo laboral con esta campaña. Pero también ha dado una voz nueva a miles de mujeres que durante años se han sentido invisibles en los procesos de selección. Mujeres que han trabajado más que nunca, aunque no conste en ningún contrato.

Ojalá sepamos verlo. Ojalá empecemos a valorar no solo lo que produce beneficios inmediatos, sino también lo que forma personas. Y cuidar —como educar o acompañar— forma. Y mucho.

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