Cuando hayamos concluido nuestra existencia, podríamos preguntarnos: ¿Quién fui yo, en realidad? ¿Qué logros conseguí en mi vida? Fui –podremos decirnos con total sinceridad– aquello que sembré en los demás: fui alegría, esperanza, ilusión, amor; o fui resentimiento, amargura, desesperanza y envidia. Ese será nuestra herencia, y también el recuerdo que dejaremos.
La historia de este filme comienza con un chico que regresa, no se sabe a dónde ni por qué. Y empieza a recordar lo dura que fue la vida con su padre. Su memoria rezuma tristeza y amargura, mientras la voz en off se ahoga en la resentimiento: “No me gustaba mi padre. Nunca le amé. Odiaba aquella vida pobre y deslucida”. En algún momento es capaz de reconocer algo bueno: “Mi padre trabajaba más que los padres de mis amigos”, pero sólo es para llegar a una triste conclusión: “Pero nunca lo consideré inteligente”. Y, lo que es aún más terrible: “Nunca lo vi como una inspiración para mí”.
Cuando, pasados los años, consiga el triunfo y regrese a su casa, descubrirá “quién fue” su padre, y cuál fue su legado en esta vida: para los demás; y, en primer término, para él. Comprendió que la vida de su padre había sido un gran don. Un regalo. El mayor regalo.
Os animo a que lo veáis hasta el final. Que todos descubramos ese regalo. Y que tengáis una feliz semana previa a la Semana Santa.
2 respuestas
La familia la da Dios, los amigos los elegimos nosotros.
Aprendamos a valorar lo que Dios nos da, día a día y así seremos más felices.
Lamento no poder compartir tus expresiones sobre el video. Pues muestra un sujeto dando mucho a desconocidos y poco a su propio hijo. Decepciona que el chico viera la tarjeta y le diga (¡su propio padre!) no es para ti. ¿Ese padre "tan bueno" no podía ver que para su propio hijo era un total desconocido? No, esa historia; tiene muchos defectos y no inspira, podría haber dedicado un poco de tiempo a su propio hijo y no dejarlo crecer con ese rechazo.
San Juan de la Cruz: "Al atardecer de la vida te examinarán del amor".